Caminaba por las calles empedradas. Ya estaba atardeciendo. El sol no se sentía tan fuerte como cuando estabamos sentados en la plaza. Recuerdo que hace un rato, mientras entraba al establecimiento para pedir unas quesadillas, me inundó el aroma de café y no me resistí a la tentación de pedir uno. Aquí adentro el ambiente era algo oscuro, pero al salir, todo era luz. Era mediodía y llevé la orden a la mesa y mi cafesito. Estábamos en una mesa con una sombrilla que no alcanzaba a cubrirnos por completo. Pero nos gusta el sol y ver la jacaranda allá al fondo.

Ya lejos de la plaza, algo llamó mi atención: Caxa Real. Aquella casa se convirtió en mi casa favorita en el lugar. No escondía su historia, la cual resultó ser fascinante. Se notaba que fue hermosa pero ahora su estructura original se mostraba descubierta. Sin embargo, nadie había intentado cubrirlos. Tan sólo construyeron sobre ella realizando una restauración.

Esto me recordó aquélla parábola en la que Jesús comparaba los cimientos de dos casas. El cimiento es la parte más importante de una casa. Todas aquellas cosas que atesoramos en nuestro corazón, en nuestra alma, vienen a convertirse en cimientos.

‘Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. ‘ S. Mateo 7:24-25 https://www.bible.com/bible/149/MAT.7.24-25

Lo que decidimos construir sobre esos cimientos es casi tan importante. No somos solo nosotros mismos los constructores, sino que muchos otros. No siempre elegimos quién construye pero sí podemos elegir dejar todo aquéllo que nos edifica en verdad y la manera en como nosotros edificamos a otros.

Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios. 
Hebreos 3:4 RVR1960 
https://bible.com/bible/149/heb.3.4.RVR1960

Como aquélla casa, podemos ser seres restaurados. El viento, el sol, la lluvia y el paso del tiempo hacen que necesitemos algunas reparaciones. Dar lugar a alguien más en nuestros corazones, el vacío de que alguien se vaya hace que necesitemos remodelaciones. Pero el fundamento no cambia. Los cimientos permanecen allí.